Carme, 53 anys, intervinguda d’un aneurisma cerebral

Entia ha supuesto para mí lo que significa un bastón para un ciego.
Mi reto junto a mi terapeuta es vivir hoy y recordarlo mañana. 
Cuando llegué a Entia sólo era consciente de alguna incapacidad para realizar trabajos del día a día. Con el tiempo me he dado cuenta que eran más pequeñas incapacidades de las que pensaba. Cuando salgo los martes de mi terapia, tengo una semana por delante en la cual me siento más segura.
Trabajo mucho y ello hace que reciba pequeñas recompensas.
Pese a tener un cansancio llamado crónico, no es impedimento para asistir a terapia.